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20 típicas excusas de los que no quieren cuidar de su familiar

En tu labor como cuidador, seguramente te ha tocado ver de todo. Por supuesto, has aprendido mucho sobre tu paciente. Pero al mismo tiempo has notado la cantidad de argumentos que otras personas cercanas se han inventado para no estar presentes.

Una excusa es una causa simulada o aparente que una persona alega para hacer o no hacer determinada actividad.

La mente es muy creativa cuando se trata de buscar una razón ‘poderosa’ para desentenderse de alguna responsabilidad, ya sea laboral, familiar o incluso personal. Y cuando se trata de no querer cuidar a un enfermo, esas excusas salen a relucir.

Las 20 excusas más frecuentes para no cuidar a un familiar

1. “No tengo tiempo”

Uno de los pretextos más usados tanto para desentenderse de algún compromiso como para no querer cuidar a un ser querido. Lo cierto es que, para las cosas que consideramos realmente valiosas en la vida, siempre tendremos tiempo.

2. “Debo trabajar”

Se utiliza mucho también entre familiares. De hecho, mucha de esta excusa es lo que termina por designar a un cuidador principal. Sin embargo, si bien todos trabajamos, también todos tenemos el tiempo para dedicarlo a lo importante.

3. “Los demás pueden ayudar”

Esto a veces ocurre cuando hay muchos familiares y sólo algunos cooperan con el cuidado de un paciente. Algunos se desentienden de la responsabilidad esperando que los demás lo resuelvan y sean quienes hagan los cambios en su agenda personal para ayudar.

4. “Tuve una emergencia familiar”

Cuando los seres queridos del paciente ya hicieron sus vidas y tienen a su propia familia, algunos de ellos podrían utilizar este pretexto, pues además no ofrece muchos detalles de qué pasó, pero sí permite eludir su participación.

5. “Olvidé que me tocaba cuidarlo”

En ocasiones, la mente crea versiones más y más elaboradas para no asumir lo que se tiene que hacer. Hay quien se compromete ante los ojos de los demás sólo para quedar bien, y a la hora de realmente actuar pone pretextos como ese.

6. “Estoy enfermo”

La salud es un tema de excusa en todas las áreas y niveles. Con la salud no suele hacerse mucho escándalo por considerarse un tema ‘comprensible’ y eso lo sabe quien pone este tipo de pretexto para no cuidar a un familiar.

7. “Tengo problemas personales”

Para algunos, siempre será válido poner como argumento un conflicto que la otra persona no pueda ver. Incluso, cuando se les pregunta qué tipo de problemas, hay quienes lo hacen aún más dramático (y evasivo) y responden con algo como “Es muy personal” o “No quisiera hablar de ello”.

8. “Mi coche tuvo una falla”

El transporte es un pretexto muy socorrido entre quienes eluden un deber. Así como en casos anteriores, puede ser que se comprometen públicamente y justo en el momento culpan a un factor externo, en este caso, el vehículo.

9. “Mis hijos están enfermos”

También forma parte de las excusas que ofrecen quienes ya cuentan con una familia propia y la utilizan para negarse a cumplir una responsabilidad. La enfermedad es lo de menos, mientras le sirva como pretexto.

10. “No tengo dinero”

Cuando se trata de cuidar a un paciente con una enfermedad, ciertamente se requerirá de tiempo, dinero y esfuerzo. Dependerá de la organización de la familia: quizá quien no pueda cuidar podrá cooperar o viceversa. Pero no hacer ninguna de las dos es desentenderse.

11. “Es que yo no sé cómo cuidarlo”

Ocurre más seguido de lo que parece. A menudo, el cuidado principal desarrolla tantas habilidades que, cuando le toca delegar, a menudo encuentra a alguien que se siente imposibilitado para esta labor. Lo mejor siempre será capacitar a otros para hacer las mismas labores que requiera el paciente.

12. “Tengo una cita médica”

Tratándose de personas enfermas, este viene a ser un pretexto que encaja perfecto. Nadie que cuida a un paciente podrá reclamar a otro que le toca ser un paciente. No dudamos que la persona haya agendado una cita médica, pero si es el día y hora que le tocaba cuidar al adulto, ahí puede malinterpretarse.

13. “Yo ayudo aportando económicamente”

Muchas personas se lavan las manos con ese argumento. Y creen que cooperar con dinero les impide cuidar… cuando a veces los cuidados son aún más difíciles y desgastantes que el tiempo trabajado para obtener el dinero aportado.

14. “Estoy cansado”

Ciertamente, todos estamos cansados. Pero el cuidador siempre da ese esfuerzo extra por el mayor bien de su paciente. De ahí el valiosísimo acto de amor que su labor representa.

15. “Tú quisiste hacerte cargo, ahora tú lo arreglas”

Los cuidadores principales a veces llegan a ese cargo porque nadie más quiso hacerlo. Sin embargo, para quien quiere eludir cooperar, cualquier excusa será válida para cuando se le pida estar presente.

16. “Vivo muy lejos de aquí”

Las distancias también son un pretexto muy utilizado en todos los ámbitos y niveles. Para quien realmente desea ayudar siempre encontrará maneras de lograrlo, sin importar la distancia, el tiempo o la economía.

17. “Tengo que tomarme un tiempo para organizarme”

Una vez que se asignó al cuidador principal, quizá los demás utilicen esta excusa para irse desprendiendo lentamente y de manera cortés, pues es una respuesta sumamente relativa.

18. “No quisiera exponerlo y contagiarlo”

Esta es una de las excusas más recientes que ha ido tomando fuerza, sobre todo a partir de la pandemia mundial por COVID-19. Algunas personas se han desentendido de ver a sus padres o abuelos por ‘temor’ a exponerlos o contagiarlos.

19. “No soy médico”

Para evadir una responsabilidad, cualquier pretexto se vale. De ahí, que algunas personas crean que para ser cuidadores deben ser agudizados especialistas en la enfermedad del paciente.

20. “No creo que necesite un cuidador”

No faltará quién demerite el trabajo de un cuidador, sobre todo si el paciente va respondiendo favorablemente y logra independencia en diversas áreas. Entonces, para quien quiere eludir será muy sencillo tomar este pretexto y de esa manera no estar y quizá ni siquiera cooperar económicamente.

El poder de una excusa

Como podemos ver, cuando se trata de eludir una responsabilidad, los pretextos sobran. Por fortuna, así como hay personas que se desentienden del problema, también existen otras que están dispuestas a cooperar con nosotros los cuidadores.

Tal vez no pueden apoyarnos como nos gustaría, pero sí están para hacernos saber que no estamos solos. Por eso, la ayuda que nos llegue, por pequeña que sea, tomémosla y hagamos de nuestra labor algo menos demandante.

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