¿Te ha ocurrido que tu adulto de pronto comienza a escuchar voces o a ver algo que no existe? Podría tratarse de algún delirio o alucinación. Se trata de alteraciones del estado mental que llevan a sentir confusión, desorientación y cambios de comportamiento.
Sigue leyendo para que te compartamos qué son, cuáles son sus síntomas, qué hacer al respecto y, sobre todo, cómo podría prevenirse.
Delirio y alucinación, ¿qué son y cómo identificarlos?
Cuando en la mente de tu adulto surgen ideas y creencias que no corresponden con la realidad, podría tratarse de un delirio o alucinación. Algunos ejemplos pueden ser que la persona sienta que la persiguen, que un ser querido lo maltrata o que alguien le está robando dinero, sin que existan razones verdaderas.
Si bien no se consideran una enfermedad como tal, sí representarían un síntoma que podría estar asociado a diferentes problemas de salud, como depresión, esquizofrenia o demencia.
Algunos de sus síntomas son:
- Cambios drásticos en el estado emocional.
- Falta de control muscular.
- Menor capacidad de atención.
- No ser consciente de la realidad en la que se vive.
- Pasar bruscamente a un estado de paranoia.
- Pérdida de memoria.
- Problemas de sueño.
Sin embargo, se requieren ciertos criterios para considerar que se trata realmente de un delirio o una alucinación. Por ejemplo, debe perdurar en el tiempo, que el adulto no acepte otras versiones o que incluso la idea que tiene la persona no es compartida por nadie más de su entorno.
Delirio y alucinación no son sinónimos y la manera más detectable de diferenciarlos está en la percepción de la realidad que tenga el paciente.
Las alucinaciones son creencias inventadas en la mente de quien las experimenta. De hecho, suelen implicar los sentidos del oído y la vista, por ejemplo al oír voces o ver objetos donde no los hay. Es decir, es una idea o experiencia que sólo percibe la persona. Con los delirios, pueden aparecer también alucinaciones.
Causas y consecuencias de delirios y alucinaciones en el adulto mayor
En el caso de adultos mayores, un delirio o alucinación podría tener las siguientes causas:
- Algún accidente que le impide hacer actividades que solía hacer.
- Deterioro cognitivo relacionado con la edad.
- Dolor agudo, infección, deshidratación, estreñimiento agudo.
- Falta de contacto con las personas de su entorno.
- Hospitalización repentina.
- Situaciones estresantes para el anciano (enfermedad, conductas de sus seres queridos, cambios en su estilo de vida).
Las personas que han sufrido delirios serían más propensas a padecer alguna enfermedad neurodegenerativa al cabo de los años. Por su parte, las alucinaciones surgen como consecuencia de la propia confusión mental que está experimentando el anciano en ese momento, o ser un síntoma psicótico originado por alguna enfermedad mental.
¿Qué hacer y cómo prevenirlo?
Sufrir un delirio es señal de que algo no está funcionando correctamente en la persona a nivel mental. Por ello, es importante que como cuidadores hagamos saber esta información a los familiares de nuestro adulto para decidir qué hacer. Es necesario acudir al médico lo antes posible para una revisión, estudios y un seguimiento adecuados.
En caso de que esta situación ya esté presente, como cuidador puede hacerse mucho. Toma en cuenta las siguientes opciones:
- No vayas en contra de lo que tu adulto dice estar viviendo. Es un desgaste completamente innecesario. Por ejemplo, si tu adulto te dice que un familiar suyo le está robando, en vez de decirle que no es cierto, puedes darle la vuelta con un comentario como “Qué bueno que me dices, voy a hablar con él”. De esta manera, no das pie a una discusión interminable.
- Ayuda a ubicar a tu adulto en el aquí y el ahora. Eso le dará una conexión con la realidad. Puedes hacerlo colocando un calendario y un reloj que pueda consultar, así como tener espacios abiertos para percibir el avance del día.
- Fomenta su actividad cerebral. Habla con él, léele algún libro, jueguen a algo que le guste (cartas, memoramas, baile, ejercicio), pero sin llevar sus capacidades al límite.
- Haz que salga y conviva con otros. Fomenta que tenga contacto con otras personas para evitar que el aislamiento dé pie a delirios y alucinaciones.
- Nunca lo automediques. Evita administrarle algún ansiolítico o somnífero sin la autorización del médico. Podría ser contraproducente. Siempre será mejor que lleves una comunicación directa con el especialista para que él decida si pueden hacerse ajustes en la medicación.
- Reduce su estrés lo mayor posible. Por ejemplo, no cambien de momento su lugar de residencia y eviten exponerlo a información que le genere angustia.
Delirio y alucinación: focos de atención en la salud de tu adulto
Hay que decirlo: ser cuidador de un adulto con delirio y alucinación puede ser duro y desafiante. De ahí la importancia de que quien cuida se alterne con otros responsables, así como dedicarse tiempo para el ocio personal.
Por fortuna, la tecnología puede ayudarte. Las redes sociales pueden convertirse en una alternativa de información, comunicación y, por qué no, de desahogo. Nuestro portal y cuentas de social media están pensadas en promover una cultura del cuidado a nuestro adulto, pero sobre todo a los cuidadores.