Si eres cuidador sabrás perfectamente cuál es el riesgo de las úlceras por presión en pacientes encamados, en silla de ruedas o con poca movilidad y, sabemos que pones todo tu empeño específicamente en hallar el modo de cómo evitar estas lesiones en la piel que pueden ocasionar severas infecciones.
En esta ocasión, queremos contarte sobre su clasificación. ¿Sabías que tienen diferentes estadios?
Poder detectarlos a tiempo, te permitirá poner en práctica el tratamiento indicado para mejorar la calidad de vida del paciente encamado o con movilidad reducida. ¡Conozcamos más sobre las úlceras por presión!
¿Cómo identificar las úlceras por presión en la piel del paciente?
Aprender a reconocerlas es la mejor medida de prevención. Imagina que tanto tiempo de inmovilidad, y en la misma posición puede traer consecuencias en la piel del anciano, por eso es que médicamente se sostiene que estas lesiones son totalmente evitables.
Las úlceras o escaras suelen detectarse con más nitidez en las revisiones de rutina, durante el momento del aseo o el cambio de muda de ropa y son los cuidadores los primeros en detectarlas.
A veces se corre el riesgo de que, por temor a mover al paciente, estas lesiones queden ocultas y no pueden detectarse un tiempo. Por eso, es extremadamente importante revisar el cuerpo del anciano a todo momento, con más razón si pasa mucho tiempo en la misma posición.
¿Qué son las úlceras por presión?
Si no has podido leerlo, en otro artículo de Vida de Cuidador, hablamos sobre las úlceras por presión o escaras UPP. Allí te contamos que son áreas de la piel lesionadas por permanecer mucho tiempo en la misma posición durante un largo periodo de tiempo. Afecta en mayor medida a los pacientes encamados y son totalmente evitables.
Clasificación de las úlceras
La clasificación de las úlceras por presión se hace según el tejido cutáneo que comprometa, es decir, de acuerdo a la profundidad de afectación de los tejidos de la piel.
Categoría I: Eritema no blanqueante en piel intacta . Es un eritema de la piel intacta que no blanquea después de la remoción de la presión. En la piel, el calor, el edema o el endurecimiento también pueden ser indicadores. Pon atención, pues aparece mucho antes de la formación de una úlcera por presión y se presenta en determinadas áreas expuestas a la presión.
Aparece como una mancha morada o violácea persistente. Si la zona de riesgo no se libera de la presión en un período de 2 horas, esta área puede convertirse en una úlcera por presión de grado I.
Categoría II: Úlcera de espesor parcial. En este estadio se compromete las dos primeras capas de la piel, es decir, tanto la epidermis como la dermis. Si prestas atención, puede observar el tejido de color rojizo con pérdida de integridad de la piel. Pueden aparecer ampollas o una laceración superficial.
Categoría III: Pérdida total del grosor de la piel. Aquí, además de verse comprometido la epidermis y la dermis, también lo está el tejido celular subcutáneo (tejido graso). Esta resulta visible. La profundidad de las heridas varía según su localización en la anatomía del paciente. En este estadio, se drena un líquido seroso o purulento cuando la herida está infestada.
Categoría IV: Pérdida total del espesor de los tejidos. Las lesiones son tan profundas que comprometen tejidos como los músculos, el tejido cartilaginoso, vísceras y hasta los huesos. En este caso puede observarse un tejido necrótico y se da en determinadas zonas a veces a la presión.
Causas principales de las úlceras por presión
- Presión prolongada en un punto de la piel
- Alteraciones motoras o sensoriales
- Problemas respiratorios
- Estados de conciencia alterados.
- Problemas nutricionales
- Lesiones cutáneas
Zonas de mayor riesgo
- Cintura pélvica es la zona
- Talones
- Glúteos
- Omóplatos
- Sacro
- Isquion
- Trocánter
Pero también aquellas zonas que por tratamientos médicos o el uso de aparatos, se ven sometidos a una fuerte presión: Pabellones auriculares, nariz, mejillas, labios, encía, paladar, muñecas, genitales externos, herida en la mano, herida en la cara.
Detección temprana
Como bien dicen los profesionales de la salud, las úlceras por presión son evitables. Aquí lo más importante es tener en cuenta el cuerpo del paciente cada vez que este se manipula, ya sea para vestirlo o desvestirlo, asearlo o, simplemente, hidratarlo con cremas.
Esos son los momentos donde debes prestar atención al cuerpo del anciano y revisar las zonas de mayor riesgo para detectar si aparecen pequeños signos que pudieran desembocar en una úlcera por presión.
Enrojecimientos o durezas en la piel, sobre todo en las áreas determinadas, son signos de alarma. Además, es recomendable cambiar la posición del cuerpo al menos cada dos horas.
Recuerda que si el paciente no puede moverse por sí mismo, tu tarea no solo será cambiarlo de posición con frecuencia, sino hacerlo con mucho cariño y cuidado. Considera que los momentos de contacto directo con su cuerpo son los indicados para prevenir que este cuadro avance y perjudique la calidad de vida del adulto mayor.