No importa si es verano o invierno, tienes que saber que la deshidratación es muy frecuente en las personas de la tercera edad, pero ¿a qué se debe? Una vez llegada a una edad avanzada, los ancianos pierden la percepción de la sed, es decir, se olvidan poco a poco de la necesidad de beber.
Obviamente los casos se multiplican durante la época estival, pues también pierden la sensación de calor. ¿Acaso no has notado que suelen estar abrigados en pleno día de verano? Ocurre que dejan de percibir la temperatura y sus ganas de beber líquido, lo que los lleva, inevitablemente, a sufrir cuadros de deshidratación.
Algunos casos son sencillos de tratar y puedes recuperarlo en la comodidad de casa; otros, en cambio, necesitan ser hospitalizados para garantizar que recuperen la fuerza y energía que aporta el agua, especialmente.
Por todo ello, es que queremos contarte cómo prevenir casos de deshidratación en la tercera edad, en estas líneas te contamos también como identificarlo a tiempo. ¡Sigue con nosotros!
¿Qué es la deshidratación?
Según la Organización Mundial de la Salud, la deshidratación es la alteración que sufren los seres humanos ante la ausencia de sales minerales y agua en el cuerpo. En el caso de los adultos mayores el consumo insuficiente de líquido, así como la exposición a temperaturas elevadas, disparan estos casos rápidamente.
Si bien, muchas personas creen que estar deshidratado afecta el rendimiento físico, déjennos decirles que también afecta el rendimiento mental, provocando pérdida de memoria momentánea o mareos y fuertes descomposturas.
La tercera edad es la etapa de la vida en la que los cuidados preventivos deben extremarse para que los ancianos pueden tener una buena calidad de vida. Por ello es que, los profesionales de la salud coinciden en decir que si no se trata a tiempo, puede derivar en complicaciones en el riñón, el cerebro o el corazón.
¿Por qué se produce la deshidratación?
La deshidratación es un riesgo para la salud de las personas mayores de 65 años que se presenta con frecuencia. Lamentablemente, en algunos casos, se la ha asociado con un aumento de la tasa de mortalidad entre pacientes que terminan siendo hospitalizado.
Al entrar a la tercera edad, el contenido de agua en el cuerpo disminuye a la vez que aumentan las posibilidades de deshidratación y, si sumamos el no beber agua con frecuencia, ¿qué crees que ocurre? ¡Claro! El anciano debe pasar estancias repetidas en el hospital para lograr estabilizar el líquido necesario para el cuerpo.
Prevenir casos de deshidratación en personas mayores implica incentivar en ellos el beber líquido con más frecuencia, pero ¡ojo!, no cualquier líquidos. Debe ser agua, zumos, infusiones. Caso contrario, estarás exponiendo la salud del anciano.
Factores que pueden provocar este cuadro en las personas mayores
Durante la ancianidad se produce una pérdida del contenido total del agua corporal. Esto es inevitable, pues es parte de la edad y el paso del tiempo.
Es verdad que siempre se recomienda que beban al menos 6 vasos de agua a diario, pero hay otros factores que están fuertemente asociados a los cuadros de deshidratación en personas ancianas.
Nos referimos a los cambios fisiológicos propios de la edad, un proceso febril, exceso de diuréticos o cuadros de diarreas fueres y recurrentes. Si a esto le sumamos una menor ingesta de líquidos, tendremos a un anciano deshidratado que necesitará atención médica urgente.
Consecuencias de la falta de líquido en el organismo
- Rotura del equilibrio hídrico
- Estreñimiento
- Alteración de las funciones cognitivas
- Hipotensión
- Disfunción de las glándulas salivales
- Control deficiente de la hiperglucemia
- Hipertermia
Cómo saber si el anciano está deshidratado
- Sed leve
- Sed intensa
- Sequedad en la boca
- Ojos hundidos
- Mareos o desmayos
- Confusión
- Síncopes
- Latidos cardíacos más rápidos
- Temperatura corporal mayor a 39°
- Sudoración excesiva
- Orina oscura o nula
- Agotamiento o debilidad
- Hipertensión arterial
- Dolores de cabeza
- Piel seca y arrugada
- Somnolencia
Un caso de deshidratación leve provoca vómitos, diarrea y un poco de fiebre. Cuando esto ocurre, se debe recuperar los electrolitos y líquidos perdidos.
Estrategias para beber agua con frecuencia
- Ofrecer líquidos a lo largo del día: No necesariamente debe ser agua, también puede ofrecerse té, zumos de frutas, leche o infusiones calientes o frías.
- Toma de medicamentos: Acostumbrar tomarlos acompañados de un vaso de agua, así garantizamos, al menos 2 vamos de agua por día. Esto variará de acuerdo a la cantidad de medicamentos, pero en cada toma, al menos beber dos vasos.
- Garantizar que el adulto tenga acceso al agua: Aquí es importante colocar botellas de agua o jarras junto a un vaso en los lugares donde más frecuenta el anciano. Así tiene donde beber por doquier y no debe depender de pedir o de ir solo hasta la cocina para buscar agua.
- Ofrecerle bebidas: Para ellos, conocer bien qué tipo de líquidos le gusta más y tenerlos siempre a mano para ofrecérselo al menos, tres veces al día, ya sea un licuado, una fruta exprimida o simplemente agua.
Cómo prevenir la deshidratación en personas mayores
- Evitar bebidas azucaradas: Estas dificultan la hidratación a la vez que alteran otros sistemas. Lo recomendable es evitar completamente las bebidas azucaradas y, también, las gasificadas.
- Botella en mano: Llevar siempre una botella pequeña de agua en la mano o en el bolso, si es que se sale de paseo. Muchas veces, el ver la botella genera la necesidad de beber.
- Evitar hacer ejercicios los días de calor: Mejor pequeños movimientos articulares y ejercicios físicos indispensables, para evitar la sudoración y la agitación. De hacerlo, recordar evitar los horarios de más calor.
- Alimentación saludable: Añadir el consumo de más frutas y verduras.
- Beber agua: En el caso de los ancianos, es importante hacerlos beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
- Durante la comida: acompañar cada plato con agua, esto ayudará a beber la cantidad de agua necesaria por día.
- Ayuda memoria: Para aquellos que no tienen el hábito, podrá hacer ayuda memoria colocando carteles en la sala principal o, alarmar en el celular.
Para prevenir la deshidratación en ancianos debes seguir las mismas medidas que en personas de cualquier otra edad, pasa que durante la tercera edad es importante estar más atentos por las características que te mencionamos líneas arriba.
Siempre ten en cuenta que una buena hidratación consiste en beber entre 6 y 8 vasos de líquido al día. Decide junto al anciano qué bebidas podría beber de acuerdo a sus gustos y ve variando el contenido para que no resulte monótono. Por ejemplo, un día puedes darle un rico zumo, otro día té y al día siguiente infusiones frías. No dudes en consultar a su médico de cabecera para armar juntos un buen plan de hidratación.