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La primera Navidad sin ti ¿Cómo sobrellevar el duelo tras la muerte?

Los cierres de año son épocas de mucha actividad en los consultorios psicológicos. La razón: algunas personas recapitulan cómo fue su año y, si tuvieron algún acontecimiento doloroso como la pérdida de un ser querido, la ausencia de esa persona se resiente aún más.

Y si ese ser querido resulta ser la pareja de un adulto mayor, el duelo resulta tener un particular significado, pues quizá resuena más que nunca el juramento hecho cuando se unieron en matrimonio: “Hasta que la muerte los separe”.

Por ello, aquí algunas claves para llevar este proceso de la mejor manera durante estas fechas importantes para muchas personas.

El duelo en los adultos mayores

Por supuesto, la partida de un ser querido suele ser un proceso doloroso que toma tiempo trabajar. ¿Qué ocurre cuando quien muere es la pareja de un adulto mayor?

Después de todo, se trata de un compañero que acompañó a la persona durante décadas… los dos pilares que construyeron una familia y que llegaron a tener hijos, nietos y hasta bisnietos.

Comencemos por distinguir algunas etapas que suelen atravesarse durante los duelos. No necesariamente están secuenciadas ni son obligatoriamente cíclicas. Son más bien maneras que la psicología ha teorizado para conocer más sobre estos procesos.

Estas etapas varían según cada autor, pero básicamente son:

  1. Negación: Se presentan sensaciones de conmoción e incredulidad ante el hecho. Hay desconcierto y un sentimiento de irrealidad que a veces impide tomar decisiones. La capacidad de asimilación puede ser difícil y a veces se somatiza en el estómago. De ahí que las personas que recién reciben la noticia de una pérdida puedan volver el estómago.
  2. Ira: Existen sentimientos de rabia y resentimiento, que son resultado de la frustración de ya no poder hacer algo por revertir el hecho. Se buscan culpables y hay un enojo generalizado tanto hacia personas, médicos, situaciones e incluso a Dios.
  3. Resignación: Es la aceptación en torno a la pérdida. Con el tiempo, la persona aprende a seguir viviendo, a retomar actividades y paulatinamente se experimentan más sensaciones de alegría y placer.
  4. Resignificación: Como su nombre lo dice, consiste en ofrecer un nuevo significado y aprendizaje de vida en torno a la pérdida.

La constante en estas etapas claramente es la tristeza. La persona experimenta vacío y malestar, además de una falta de motivos para continuar viviendo. Puede acompañarse de aislamiento, cansancio y melancolía.

Cada duelo es único y diferente, y las personas suelen vivirlo con las herramientas que tienen a su alcance. De ahí que sea importante acercarse al apoyo profesional.

Algunos expertos en salud mental han planteado que un proceso de duelo estaría a prueba durante un año, pues la persona tendría que vivir cada uno de los momentos más importantes del año, pero ahora sin la presencia de ese ser querido: cumpleaños, reuniones familiares y, por supuesto, Navidad y Año Nuevo.

Cómo un adulto mayor puede abordar el duelo por la pérdida de su pareja

1. Validar las emociones

Ante un duelo así, es esperable que el adulto mayor experimente sentimientos como:

  • Dolor: La persona que se queda suele experimentar un vacío por la partida del ser querido, en este caso la pareja. Ante esto, quienes le rodean ayudarían mucho simplemente estando presentes, escuchándola y reconociendo su sentir.
  • Culpa: A veces, las personas creen no haber hecho lo suficiente para ‘salvar’ a ese ser querido, o quizá arrepentimiento por conflictos que se quedaron sin resolver. El adulto tiene derecho de sentirse así cuando la pérdida es aún reciente.
  • Conflicto sobre el futuro: Después de estar juntos durante décadas, ¿qué sigue para la persona? ¿desea vivir sola o mudarse con algún ser querido? ¿hay que arreglar documentos legales para tramitar algún tipo de pensión? Las respuestas irán llegando con el paso del tiempo.

2. Aceptar la ayuda genuina de las personas alrededor

Durante las fiestas decembrinas, las familias suelen reunirse y pasar tiempo juntas. Y cuando alguien experimenta este tipo de pérdidas, seguramente recibirá invitaciones para pasar estas fechas acompañadas. Se vale aceptarlas, sobre todo si es el primer año que la persona pasará sin su pareja.

En los siguientes años, la persona irá decidiendo qué desea hacer durante esas fechas. Pero en esta primera Navidad, la contención que puede ofrecer una red de apoyo como la familia y los amigos es más que bienvenida.

3. Tener un acompañamiento profesional

Los duelos son procesos a veces largos, complejos y difíciles. Nadie tiene por qué experimentarlos solo. Hay expertos que se prepararon especialmente para abordar estos temas, como tanatólogos, psicólogos, médicos y hasta grupos de apoyo.

La recomendación siempre es que la persona se deje asesorar por estos expertos, tome aquello que le sirva y simplemente deje pasar aquello que no le haga sentido. Muchos de estos profesionales saben que las fiestas decembrinas son momentos duros y por eso suelen trabajar o estar disponibles en estas fechas. No dudes en acercarte y pedir ayuda.

4. Honrar al ser querido

Durante la noche de Navidad y/o Año Nuevo, puede ayudar dedicarle algunas palabras al fallecido o incluso dedicarle la cena entera. En terapia, a veces se le recomienda al paciente escribirle una carta al ser querido, quizá incluir la copia de una foto, para después enrollarla a un globo y enviársela al cielo. La mente suele trabajar con imágenes y por eso es tan útil hacer esto.

Otra alternativa es conseguir papel semilla germinable. Es un tipo de papel que, como su nombre lo dice, está integrado por pequeñas semillas que pueden ir dando plantas al contacto con el agua. La persona puede escribir esa misma carta en el papel semilla y luego regarlo para que de ahí germine vida y se reanude el ciclo.

Es decir, una pérdida también puede convertirse en un homenaje. Rodearse de mucho amor es la clave para sentirse cobijados durante el proceso.

5. Abrirse a la resignificación

La última etapa del duelo también es la más desafiante. Con el tiempo y el reconocimiento de las emociones, la persona puede irse abriendo a las bondades que ofrece darle a la pérdida un nuevo significado.

Es decir, si la persona siempre tuvo deseos de salir, viajar, tomar un curso de cocina, una clase de baile… quizá es el momento perfecto para comenzar a hacerlo. Tal vez antes estuvo limitada debido al trabajo o al cuidado de los hijos o de la propia pareja. Pero ahora que la situación es otra, es una oportunidad única.

Una muerte siempre será una lección de vida

Los duelos son intensos y, en más de una ocasión, dolorosos. Pero también están llenos de sabiduría, revelaciones y, sobre todo, el amor y la compañía de los seres queridos que acompañan a la persona en los distintos momentos, como durante las fiestas de fin de año.

Si la vida fue tan bondadosa como para que una pareja pudiera estar junta durante tantos años, quizá sea justo esa bondad la que puede servirle a la persona como bandera para aprovechar la vida más que nunca.

A veces, una pérdida también conlleva alguna ganancia… y eso es justamente la resignificación. La gran ventaja es que la persona que anda experimentando esta pérdida cuenta con un cuidador como tú, que eres capaz de empatizar con su sentir, escucharla cuando lo necesite e impulsarla cuando haga falta.

2 comentarios en “La primera Navidad sin ti ¿Cómo sobrellevar el duelo tras la muerte?”

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