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¿Cómo subir a un adulto mayor por las escaleras? Guía paso a paso

En el edificio en el cual vivo, hay varios adultos mayores. Todos son amables y atentos. Y en una reciente junta, la administradora planteaba la necesidad de instalar rampas en la escalera principal para que ellos pudieran utilizarlas. Fui el primero en apoyar la idea.

Y es que la seguridad de los adultos mayores es un factor decisivo en su calidad de vida. Como el cuidador que eres, sabes que una caída puede tener duras consecuencias para tu paciente.

Subir y bajar escaleras con adultos mayores

¿Qué ocurre cuando nuestro adulto vive en algún piso de un edificio que no tiene elevador? ¿O si su hogar es de dos niveles y necesita subir para algo? ¿Qué tal que debe trasladarse a un sitio donde no hay rampa?

No podemos evitar que suba o baje. Es mucho mejor crear las condiciones para lo haga de un modo seguro.

Antes de empezar…

  • Comunicación, ante todo. Sin importar si suben o bajan, habla con tu adulto. Explícale lo que van a hacer y la manera en que vas a ayudarlo, para que sepa qué esperar. Antes de cada escalón, pueden comunicarse para coordinar el ritmo de los movimientos.
  • Un escalón a la vez. No tienen por qué subir o bajar todas las escaleras en un solo esfuerzo. Prueben con los primeros escalones y vean cómo se sienten ambos. Después, decidan si pueden o no ir aumentando el ritmo.
  • Apóyate en un experto. Un fisioterapeuta puede asesorarte sobre las mejores posiciones para soportar el peso de tu adulto sin lastimarte. Recuerda que tu salud es igual de importante.
  • Promueve siempre su mayor autonomía. Sabemos que, como cuidador, estás ahí para tu paciente. Pero también es cierto que muchos de ellos ignoran el poder que tienen. Trabajen juntos en el proceso de subir y bajar escaleras. Quizá tu adulto pueda cooperar más de lo que ambos imaginan.

Sin silla de ruedas

  1. Comunica a tu adulto el paso a paso de lo que harás para que esté informado. Transmítele toda tu confianza y hazle saber que estás para ayudarlo.
  2. Pide a tu paciente apoyarse en el pasamanos.
  3. Ponte detrás y ayúdalo a subir el primer escalón. Siempre colócate un escalón por debajo y con un pie adelante. Coordínense con los movimientos de ambos.
  4. Todo depende de la ayuda que tu adulto necesite. Si tiene la suficiente fuerza física, quizá sólo te requiera como apoyo. En estos casos, será mejor que no estés detrás de él, sino adelante. Así, al subir puede sujetarse de tu brazo; y al bajar puede recargarse en tu hombro o que le amortigües la bajada al siguiente escalón.
  5. Deténganse en el camino las veces que sean necesarias. Ten mucha paciencia. Poco a poco, ambos se familiarizarán con el proceso.
  6. En ningún momento sueltes al adulto, ni siquiera al haber llegado hasta arriba o abajo, pues es cuando sus piernas pudieran sentirse más débiles por el esfuerzo.
  7. Felicita y agradece a tu paciente por este logro y por la cooperación para contigo.

Con silla de ruedas

  1. Apóyate en otra persona.
  2. Comunica a tu adulto el paso a paso de lo que harás para que esté informado. Transmítele toda tu confianza y hazle saber que estás para ayudarlo.
  3. Asegura la silla. Coloca el freno y coloca al adulto el cinturón de seguridad.
  4. Pide a tu adulto que se relaje lo más posible y que coloque las manos dentro de la silla. Esto es para que los reposabrazos estén disponibles, en caso de necesitarlos como apoyo.
  5. Al subir o bajar:
    1. Recuerda que se requieren dos personas para esta actividad. Si las escaleras se encuentran en una zona pública, siempre habrá alguien dispuesto a ayudarles. Pide la ayuda que necesites y explícales el proceso y las partes de la silla para que sepan cómo apoyarte y que, al mismo tiempo, no se lastimen.
    2. Empuja la silla hasta que las ruedas lleguen al borde de la escalera. Para subir, que el paciente esté de espaldas; para bajar, colócalo de frente.
    3. Con el pie, presiona una de las palancas traseras y jala levemente hacia atrás para inclinar la silla.
    4. Quienes te ayuden, prueben el peso de la silla y el adulto, y vean si están cómodos en el lado que estarán cargando o prefieren cambiar de posición. De la parte trasera, pueden sostener los mangos de empuje; mientras que de la parte delantera, pueden sujetarse de los tubos fijos del reposapiés. Que tanto las manos como las partes a sujetar estén siempre limpias y secas.
    5. Según la fuerza de quienes te ayuden y la cantidad de escalones, decidan previamente si subirán todas las escaleras en un solo viaje o harán una pausa. La recomendación es hacerlo escalón por escalón. Todo dependerá de la situación y los ayudantes.
    6. Durante la maniobra, coloca un pie siempre un escalón adelante respecto al otro. Incluso, al subir puedes hacer contrapeso con tu propio cuerpo.
    7. Al ir subiendo o bajando, la clave está en la coordinación, así que comuníquense si todo va bien, si tu adulto va bien, si alguien se ha cansado o si hay algún inconveniente (por ejemplo, un escalón irregular o si alguien más está subiendo o bajando las escaleras al mismo tiempo y del mismo lado).
    8. Agradece la ayuda de la otra persona. Y felicita y agradece a tu paciente por este logro y por la cooperación para contigo.

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Toma en cuenta:

  • La luz, la mejor amiga de tu adulto: Sin importar si estás ahí o no para ayudarlo, es importante mantener una buena iluminación. De ser posible, instalen focos en cada extremo de las escaleras.
  • Rampas, siempre bienvenidas: Si el espacio lo permite, pueden instalarse algunas rampas. Quizá no en todas partes, pero sí en escalones o entradas y salidas. Si no es posible, bien pueden colocarse avisos de colores fluorescentes en el piso para que sirvan de advertencia para tu adulto.
  • Consideren la posibilidad de un elevador: Dependerá por supuesto del presupuesto y qué tan necesario lo consideran, pero un elevador de escalera puede hacer todo el trabajo por ustedes. Hay de muy diversos tamaños, funciones y modelos. No está por demás solicitar alguna cotización.
  • ¿Conoces las llamadas ‘orugas subeescaleras’?. Se trata de dispositivos automáticos y semiautomáticos ajustables que ayudan a las personas a subir y bajar escaleras sin la fuerza de terceras personas. Algunas están incluidas en las sillas de ruedas, mientras que otras se insertan en la parte trasera.
  • Ayuda adicional: Un doble barandal puede hacer mucho por tu paciente, pues le dará seguridad y autonomía al poder utilizar ambos brazos para apoyarse al subir.
  • Otros elementos de seguridad: Para subir y bajar escaleras, nunca sobra un calzado cómodo, pisos antiderrapantes y pasamanos instalados en sitios clave de las escaleras. Pueden ser de gran utilidad.

Acompañarlos también cuesta arriba

Con la edad, quizá muchas actividades cotidianas para tu adulto comienzan a significarles un esfuerzo extra, además de un riesgo para su salud.

Subir y bajar las escaleras son un ejemplo de ello, pues implican una fuerza física y una coordinación que podrían complicarse al padecer ciertas enfermedades.

Sin embargo, con las herramientas adecuadas, tu paciente hará de las escaleras un siguiente reto superado con la ayuda de su ángel guardián: tú.

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