Algunos adultos mayores tienen la capacidad de levantarse por sí mismos y caminar. Pero también hay otros que, por diversas razones, presentan impedimentos para moverse por su propia cuenta.
Para estos casos, existen las sillas de ruedas, que han demostrado ser un recurso útil para el desplazamiento de los pacientes que así lo requieran.
Una silla de ruedas no tiene por qué ser una condena de inmovilidad para el adulto mayor. Todo lo contrario. Lo que se requiere en estos casos son algunos cuidados especiales. ¿Por dónde empezar? Apunta esta información:
Lo primero que debes procurar para cuidar un paciente con discapacidad motora
Ya sea de una manera temporal o permanente, algunos pacientes requieren ser trasladados con la ayuda de una silla de ruedas, lo que podría implicar cargar a la persona, a la silla o a ambos.
Si es el caso del adulto que cuidas, considera lo siguiente:
1. Tu seguridad ante todo
Lo que menos queremos es que te lastimes. Cuida a tu paciente, por supuesto, pero también cuídate tú.
2. La silla de ruedas
Conoce la silla en la que estará tu paciente. Mira cómo es y descubre sus mecanismos. Identifica sus partes y cómo funcionan. Verifica que esté en perfectas condiciones.
3. Cuidar tu postura
Acércate a los enfermeros o expertos en el tema y que te capaciten sobre cuál es la postura física adecuada para cargar un cuerpo y cómo. Lo mismo con la silla.
4. Practicar
Intenta calar el peso tanto de tu paciente como de la silla para familiarizarte poco a poco con el proceso. Tómate el tiempo necesario.
5. Comunicación constante
Antes, durante y después, habla con tu paciente. Primero explícale lo que harás y cómo lo harás, para que tenga una idea. Si se comunican correctamente, seguro hasta podrá cooperar en lo que pueda e irte guiando.
6. Pedir ayuda
Si alguien puede apoyarte, mucho mejor. Con la persona que te auxilie, repite todos los pasos anteriores.
¡Cuidado! ¿Sabes que hacer si tu adulto mayor presenta silbidos al respirar? Aquí te contamos que debe hacer.
Consejos para trasladar a un paciente en silla de ruedas
Si tu adulto mayor se encuentra en cama y necesitan colocarlo en una silla de ruedas, ya sea para salir a alguna cita médica o llevarlo al baño o simplemente sacarlo de la habitación, toma nota:
- Prepara la silla. Ya que te has familiarizado con sus mecanismos, puedes levantar los reposapiés para que puedas acercar la silla lo más posible a tu paciente. Cerciórate de que la silla esté con el freno habilitado
- Prepara el lugar. La distribución de algunas habitaciones puede complicar el procedimiento. Hagan ajustes en función de la silla, sus dimensiones, la ubicación de la cama y, por supuesto, la manera en que te acomodes mejor para ayudar. Recuerda siempre acordarlo previamente con el adulto, pues es su espacio y debe aprobar cada uno de los movimientos.
- Comunicación siempre. Una vez más, explícale al adulto cuál es el procedimiento que vas a hacer para que lo tenga claro.
- El cuerpo de tu paciente. Seguramente, los mismos expertos que te capacitaron pueden ser los mismos que podrían guiarte, según el caso específico de tu paciente, cuál es la mejor manera de levantarlo o qué postura corporal podría favorecerlo.
- Las variables del proceso. Por supuesto, todo esto varía en función del tamaño y peso del adulto, pero también del tamaño y peso del cuidador, así como de su fuerza física y de si puede o no contar con ayuda para cargarlo
- La ropa del paciente. Si van a estarlo moviendo de la cama a la silla y viceversa, opten por prendas fáciles de poner y abrochar.
- La silla adecuada. La silla perfecta es aquella acorde a las necesidades de tu paciente. Antes de adquirirla, pregunten los modelos según el caso específico del paciente: su enfermedad, tamaño, peso, el tiempo aproximado que la usará y hasta si el traslado a casa implica subir escaleras.
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Los cuidados. El mantenimiento de la silla siempre es importante. El material de algunas incluso puede calentarse con la exposición al sol. Tómalo en cuenta por si deseas llevar a tu paciente al patio o de paseo. Usen crema solar y lleva una manta para proteger sus piernas.
¿Por qué es tan importante esta guía?
El universo de los cuidados siempre tiene algo nuevo que enseñarnos. Quizá tu paciente podría requerir una silla de ruedas. Si llegara a ser el caso, te hemos mostrado algunas generalidades que pueden servirte como punto de partida.
Recuerda que la silla de ruedas es un recurso que está al servicio de tu labor como cuidador. Mientras más la conozcas, mejor.
Lo que haces por tu paciente es algo muy importante. No solo eres su cuidador y su compañía, sino que también eres su guardián protector, capaz de darle la mejor de las asistencias.