Como en cualquier otra etapa de la vida, los adultos mayores requieren de atenciones especiales relacionadas con su bienestar. En este sentido, tu labor como cuidador representa un valiosísimo aporte.
Debido a ciertas situaciones de salud, algunos de estos adultos han presentado lesiones que, de no contar con los cuidados necesarios, podrían desembocar en alguna amputación. ¿Qué hacer al respecto?
Conoce a continuación qué son las amputaciones, por qué se realizan y, sobre todo, cuáles son los cuidados básicos que se requieren para prevenirlas.
¿Qué son y por qué se realizan?
Las amputaciones consisten en la extirpación de una o varias partes del cuerpo (como dedos, manos, brazos, pies o piernas) y se realiza mediante una cirugía.
Las causas más frecuentes son:
- Accidentes (de tráfico o en el trabajo, por ejemplo)
- Traumatismos
- Enfermedades (cáncer, diabetes, arterosclerosis, cardiovasculares, obesidad mórbida)
- Problemas de circulación
- Lesiones infectadas (gangrenadas)
- Defectos congénitos
Se sabe que cerca del 2% de las personas mayores de 65 años podría sufrir la amputación de alguna de sus extremidades.
Tras la cirugía, habría ciertos problemas asociados. Algunos son dificultad para adaptarse, así como sentimientos de tristeza, frustración y rabia, entre otros. Incluso, algunas personas han llegado a padecer ‘dolores fantasma’, los cuales consisten en sentir malestar en la extremidad que fue amputada.
En varios casos, los pacientes pueden apoyarse en prótesis, aunque aprender a usarlas requiere de tiempo y, en ocasiones, puede haber complicaciones en la piel (por el contacto entre la zona cicatrizada y la extremidad artificial).
Riesgos de las amputaciones en adultos mayores
Si bien una amputación es un proceso difícil a cualquier edad, en la adultez mayor conlleva otras complicaciones:
- Aumenta el gasto cardiaco (por el sobreesfuerzo)
- El nivel de la extremidad a amputar suele ser más alto
- Disminuye la función renal
- La recuperación de la cirugía es más lenta
- La herida del muñón cicatriza más lentamente
¿Cómo prevenir una amputación? Cuidados básicos
Ciertamente, el proceso en torno a una amputación puede ser muy difícil. Y así como existen maneras de sobrellevarla, también hay formas de prevenirla.
Las medidas son muy sencillas y pueden hacer la gran diferencia. Toma nota:
- Atender cualquier aparición de callos o durezas en las extremidades, sobre todo en el dorso de los dedos.
- Atender las rozaduras del calzado.
- Con la ayuda de un experto, detectar si existe un punto de presión excesiva en el pie, para evitar alguna úlcera.
- Hidratarse continuamente.
- Poner atención a la sequedad de la piel (una grieta en el talón por falta de hidratación puede empeorar con el tiempo).
- Revisar el calzado, por si se está presionando alguna zona en particular al caminar.
- Revisar el pie, por si se encuentra alguna malformación.
- Revisar posibles heridas al caminar descalzos en sitios como la playa o piscinas.
- Valorar la sensibilidad y la irrigación sanguínea.
En casos de enfermedades como diabetes, hay que poner particular atención a…
- Callos, juanetes y callosidades. En una neuropatía (debilidad y entumecimiento de manos y pies, por un daño neurológico), el paciente no nota si su calzado le aprieta.
- Circulación sanguínea. En la diabetes, los vasos sanguíneos se vuelven estrechos y restringen el flujo de sangre, el cual previene que sanen las heridas. Y al no hacerlo, puede causar la muerte del tejido.
- Cortadas, ampollas o úlceras que no sanan. Una llaga en la piel puede incluso llegar a algún hueso). Suele estar presente en los casos de diabetes y provocar la amputación del pie, la pierna o incluso la muerte.
- Pie de Charcot. Es una deformidad del pie que es resultado de la pérdida de sensibilidad o de un hueso roto no detectado, lo cual podría destruir los tejidos blandos del pie.
- Piel seca y cuarteada. De no atenderse, generaría grietas que pueden convertirse en llagas.
- Uñas. Hay que revisar uñas encarnadas e infecciones micóticas, para evitar infecciones.
Hacia una mejor calidad de vida
Como has podido darte cuenta, las personas que han sufrido alguna amputación requieren del apoyo conjunto de médicos, cuidadores, fisioterapeutas y psicólogos. Y cuando se trata de adultos mayores, el escenario es particularmente complicado.
La buena noticia es que mucho de este riesgo puede disminuirse con sencillas recomendaciones, que pueden beneficiar a las personas en cualquier situación.
Con tu apoyo como cuidador, tu adulto podrá mejorar su calidad de vida y evitar un problema como la amputación. ¡Cuentan contigo!
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