fbpx

Amarse por encima de todo… ¿Cómo mejorar la autoestima en adultos mayores?

Un psicólogo siempre tiene anécdotas con sus pacientes. Yo, por ejemplo, recuerdo con cariño a la familia ‘Pérez’. Primero atendí a la mayor de las hijas, luego ella me recomendó con su hermana menor. Luego me mandaron a su madre, una adulta mayor de 65 años. Y ahí supe que mucho del problema de la autoestima en la familia estaba justo ahí.

La mujer vivía sola desde hacía varios años. Y aunque siempre mostraba la imagen de una dama alegre y ocurrente, en mi consultorio solía romperse cuando hablaba de su vida personal. “Necesito quererme”, repetía. Sólo que no sabía cómo.

Como ella, muchos adultos mayores pasan sus últimos años con la autoestima por los suelos. Y la familia, los médicos y los cuidadores parecieran centrarse en todo lo relacionado con su salud física, medicamentos y alimentación… Pero no siempre se detienen a conocer cómo está el amor propio de esa persona.

La autoestima es la valoración positiva que una persona puede tener sobre sí misma. Se compone de percepciones, emociones y sentimientos.

En un adulto mayor, su autoestima es igual de importante que sus tratamientos médicos. Un paciente requiere de cuidados, pero también necesita amarse a sí mismo… tanto como pueda.

¿Cómo tratar el mal carácter en personas mayores? En este artículo te ayudamos.

 

¿Por qué habría baja autoestima en la adultez mayor?

La mamá de la familia ‘Pérez’, por ejemplo, solía sentirse abandonada. Sus hijas ya habían hecho sus vidas y pocas veces la frecuentaban. Y aunque ella las educó lo mejor que pudo, siente que nunca pudo fomentarles el amor propio. De ahí que sus hijas tuvieran como esposos a hombres violentos e indiferentes.

Está claro: no se puede amar a nadie si no hay amor propio antes. Tu adulto mayor también necesita amarse… y mucho. Solo que hay factores que quizá complican un poco este proceso.

Posibles razones de la baja autoestima en un adulto mayor:

  • Disminución de sus capacidades.
  • Pérdidas de otros seres queridos (amigos, hermanos, vecinos).
  • Tener que depender de otros.
  • Sentirse olvidado por sus familiares.

Por supuesto, una baja autoestima puede desembocar en problemas de salud. La depresión en un adulto mayor puede contribuir al deterioro mental y físico de la persona. Pero por fortuna, existen vías de solución.

¿Qué puedes hacer?

– No lo trates como a un niño. Tu paciente no necesita un trato infantil, pues ya no es un bebé. Así que hablen claro y con madurez sobre esta etapa de su vida. Expresar lo que siente es el mejor punto de partida.

– Fomenta sus habilidades. Un adulto mayor en plenitud puede hacer mucho más de lo que los demás esperan de él. Así que valora sus capacidades y confía en él. Ayuda a que siga demostrando su independencia lo más que pueda.

– Promueve nuevas actividades. Quizá algún adulto mayor postergó cosas que siempre quiso hacer. ¿Cantar?, ¿pintar?, ¿ir a bailar? Pregúntale qué le encantaría hacer e impúlsalo.

– Respeta sus tiempos y límites. Toma siempre en cuenta sus decisiones. Eso le ayudará a sentir que su opinión sigue siendo valiosa.

– Encárguenle tareas. Eso le ayudará a sentirse útil. Si tu adulto mayor está en condiciones, bien puede desde hacer su propia cama hasta ir solo a algún lugar cercano.

– Mantenlo cerca de sus redes de apoyo. La vida social de cualquier persona siempre es importante. Acércalo a grupos de adultos mayores, a sus seres queridos o simplemente salgan cuantas veces les sea posible.

– Preocúpate de su imagen personal. La edad nunca estará peleada con lucir radiante. Procura en tu adulto mayor una buena higiene y cuidados en su cabello y aspecto. ¡Le encantará mirarse al espejo!

– Convoca a los seres queridos y déjenle mensajes de amor. Ya sea en papelitos o cartas, pide a la familia y los amigos que le escriban cuánto lo quieren y lo mucho que agradecen su presencia. Pueden escribirle anécdotas o momentos importantes que recuerdan junto a esa persona.

Amar para sanar

La mamá de la familia ‘Pérez’ logró salir adelante y con ayuda de la terapia y algunas técnicas. Según me refirió en consulta, lo que más la llenó de alegría fueron las cartas escritas por sus familiares.

¿La razón? Se dio cuenta de que ellos recordaban momentos importantes en los que ella estuvo presente y se lo reconocían, además de palabras de amor que quizá nunca le habían dicho antes. Cada vez que siente impotencia ante los desafíos propios de su edad, recurre a ellas y vuelve a sonreír.

Amarse a sí mismo es un proceso que dura toda la vida. Es una flor que hay que regar todo el tiempo, justo para que florezca y se mantenga radiante.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir al contenido