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¿Tu familiar está durmiendo mal? Estás pueden ser las razones

Muchas veces, aun cansados, nos resulta difícil conciliar el sueño, o ya dormidos, nos despertamos sin motivo aparente.

Estos trastornos del sueño, entre ellos el insomnio, reducen la energía con la que se afronta el resto de la jornada. Y los ancianos no son la excepción, de hecho, sus padecimientos suelen aumentar con la edad, por acumular otros desgastes relacionados al envejecimiento.

A continuación, intentaremos conocer y saber cómo actuar ante este tipo de alteraciones en el descanso, en especial de los adultos mayores, para poder mejorar así su calidad de vida.

Trastornos del sueño de los adultos mayores: insomnio, y cambios en la estructura del descanso

Los cuidadores que notamos cierto déficit en la vitalidad del adulto a nuestro cargo, no debemos perder de vista que dormir mal puede ser causa y efecto del conjunto de procesos de desgaste natural que experimentamos todas las personas.

Es importante incorporar pequeñas rutinas, como señala CinfaSalud, para prevenir o aminorar las interferencias en el descanso.

Por lo pronto sepamos que el insomnio es una de las alteraciones del sueño, pero es conveniente darle un tratamiento más específico que el resto de ellas.

En general podemos definir los desórdenes como la modificación de los ritmos naturales de sueño que pueden presentarse por exceso o por falta de ellos.

Los trastornos de sueño más frecuentes en adultos mayores  

De acuerdo con  Intramed, el insomnio afecta del 10 al 50% de los mayores adultos, y este crecimiento coincide con el aumento de la edad  y sus padecimientos típicos.

Otras alteraciones que impactan en la calidad del descanso son:

  • Reducción del tiempo de sueño profundo (que favorece la recuperación vital)
  • Despertar intermitente
  • Despertar precoz (indistintamente del tiempo que se haya descansado)
  • Cambio de horarios en los ciclos de sueño-vigilia (ciclo circadiano)

14 reglas simples para compensar los desórdenes del sueño

Aun a riesgo de parecer reiterativos, la regla básica es que toda acción de cuidado en ancianos debe quedar bajo supervisión médica.

Para que poner en práctica estos consejos resulte más sencillo, desde el enfoque de la organización de tareas, conviene separarlos en dos grupos:

Preventivos:
  1. Evitar las luces intensas, ruido, calor o frío excesivos en el ambiente al momento de iniciar el descanso, como cualquier otro estímulo que concite la atención sin necesidad (olores fuertes, actividad en otras habitaciones).
  2. Las  actividades deberán ser rutinarias y acotadas, en lo posible, a horarios sin variaciones, comer y descansar siempre en los mismos horarios tiende a acompasar los ritmos internos del cuerpo.
  3. Entrenar a familiares o convivientes en estas mismas rutinas, y aunque no sincronicen exactamente las horas de sueño, que reduzcan la actividad en los momentos asignados al descanso de la persona que se cuida.
  4. Asegurarse que la cama, especial o no, sea cómoda.  Al igual que con la ropa evitando que se enrede o tenga dobleces  que puedan generar molestias más tarde.
  5. Impedir que los brazos o piernas puedan moverse cuando se relajen en sueño, funciona bien calzarlos en los lados, como también una sábana o ¿azalea? transversal, por arriba del tronco, afianzada en los laterales, proporciona una sensación de contención extra que puede solucionar el despertar repentino.
  6. No dudar en despertar al anciano cuando se cumplan las horas previstas de descanso, siempre cuidando de hacerlo sin alterar su ánimo.
  7. Respetar los horarios de la medicación: es normal que los doctores la dosifique de modo que tenga su máxima acción en ciertos momentos como durante el sueño o la vigilia. 
Paliativos:
  1. Si el despertar es antes de lo previsto, hacerle compañía casual quita el peso del reproche y permite anticiparnos a una posible necesidad como la sed, evacuar intestinos u orinar, resuelta la cual, permite volver a dormir.
  2. Los masajes en los miembros inferiores disminuyen la aparición de movimientos involuntarios que interrumpen el sueño, y pueden alterar el intento de recuperarlo.
  3.  La música tranquila que se sepa que del gusto del anciano y que por su condición auditiva no sea necesario reproducir a gran volumen, puede ser una distracción que desvíe, los pensamientos angustiantes.
  4. Si el adulto mayor no tiene restricciones de movilidad y le es difícil conciliar el sueño, es beneficioso hacer que se levante, realice una mínima actividad -como lavarse las manos o peinarse- y que vuelva a la cama, esto se puede repetir varias veces hasta que logre dormir.  
  5. Si el despertar se debe a una pesadilla, una charla serena e interesada, no en detalle, sobre el sueño, es posible que tranquilice al anciano, conforme recupere la noción de la realidad que lo aleje de imágenes inquietantes.
  6. El cuidador debe conocer algunas maniobras a realizar en ancianos que tengan dificultades respiratorias, otro de los motivos de los trastornos del sueño que provocan insomnio posterior a los accesos. Estos procedimientos se pueden consultar a profesionales médicos o de enfermería.
  7. Producida la alteración del sueño, siempre dentro de las posibilidades físicas, es conveniente variar la posición de la persona; así produciremos una sensación de descanso adicional en lugares del cuerpo que se sientan con rigidez. 

¿Sabes lo que pasa si un adulto mayor no se alimenta bien? La alimentación es muy importante. En este artículo te damos una guía práctica para mejorarla.

 

El consejo infalible: la paciencia

La paciencia y la tolerancia parece algo trivial, sin embargo, es uno de los mecanismos cuya práctica suele perderse con frecuencia y es de difícil recuperación.

Estamos conscientes que el cuidado de los adultos mayores es una tarea compleja, pero también, aprender y tomar este tipo de consejos, contribuye a incorporar los procedimientos de una forma más amena.

De este modo, podremos cuidar bien al adulto mayor del que somos responsables, cuidarnos a nosotros mismos como cuidadores, y también cuidar al resto de la familia. Recuerda que dormir bien es vivir bien.

1 comentario en “¿Tu familiar está durmiendo mal? Estás pueden ser las razones”

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